martes, noviembre 07, 2006

El velo de la mujer mapuche



La aparición en los últimos años de organizaciones femeninas propiamente mapuche responden primero a una falta de espacios al interior de organizaciones mixtas, donde son los hombres dirigentes que tienen la voz en la toma de decisiones. Por otro lado, surgen ante la necesidad de abordar temas específicos como la discriminación y situaciones de maltrato que sufren las mujeres al interior de las propias comunidades y las situaciones de violencia que ocurren en los allanamientos a comunidades que se encuentran en conflicto con las empresas forestales.

Por América Painemal/ Periódico Azkintuwe

La participación de las mujeres mapuche en términos públicos ha estado presente desde el surgimiento de las primeras organizaciones mapuche en el mundo urbano de principios de siglo XX. Es así como en el año 1937 nace la primera organización de mujeres mapuche llamada Sociedad Femenina Yafluayin. Esta iniciativa fue apoyada por hombres lideres mapuche y en un contexto de "un periodo de auge del movimiento emancipatorio y político de las mujeres chilenas".
Uno de los objetivos que se plantea esta primera organización de mujeres mapuche será "echar las bases para la formación de un entidad cultural y unir a todas las araucanas con fines puramente culturales". A pesar de su corta duración, esta primera organización de mujeres mapuche cimentó el camino para las organizaciones propiamente femeninas existentes en la actualidad. Es a partir de estos espacios propios de participación donde las mujeres han aportado al fortalecimiento de la cultura mapuche y a los derechos como pueblo frente al Estado chileno.

Es sólo a fines de la década de los años 80, período de dictadura militar, donde comenzaran a surgir nuevamente organizaciones de mujeres en las comunidades apoyadas en un principio por organizaciones feministas no gubernamentales de la capital de Chile. Estas primeras organizaciones centraran su quehacer en la recuperación de la medicina tradicional y el trabajo de la textileria mapuche. Luego de la caída del régimen militar y en un contexto de retorno a la democracia, las organizaciones mapuche -de mujeres incluidas- participan en la elaboración de la actual Ley Indígena, la que se promulga el año 1993, creando para este efecto la CONADI, organismo encargado de velar por la política Indígena.


Sin embargo, esta ley no logró cumplir las expectativas del movimiento mapuche, como así mismo adolece de disposiciones especiales de protección de los derechos de la Mujer Indígena y sólo señala en uno de párrafos ”Incentivar la participación y el desarrollo integral de la mujer Indígena, en coordinación con el SERNAM”.

En el año 1995 y en un contexto de preparativos para la IV Conferencia Mundial de la Mujer en Beijing, China y la instalación de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, CONADI, se realiza en Temuco el Primer Encuentro Nacional de Mujeres Indígenas, promovido por la Coordinadora de Mujeres de Organizaciones e Instituciones Mapuche. Asistirán a este encuentro por primera vez mujeres indígenas de todo el país, pertenecientes a los pueblos Aimará, Rapanui, Kawaskar, Yagán y Mapuche. Una de las conclusiones de este encuentro "será exigir a la CONADI y organismos públicos que asuman la temática de la mujer Indígena con seriedad y no con programas marginales o bien respondiendo a la problemática con macroproyectos asistencialistas".

Otro de los temas que se plantea es respecto al rol que juega la organización como mecanismo de participación y de potenciación de procesos locales y regionales. Además se constata la importancia de establecer un tipo de coordinación a nivel nacional que permitan contar con una instancia de coordinación y trabajo en conjunto. Las resoluciones y propuestas de este encuentro fueron fundamentales para demandar e incidir posteriormente en los organismos públicos.

Sin embargo, esta especie de Coordinadora de Mujeres Indígenas no logró trascender en el tiempo, debido a que varias de sus líderes históricas fueron cooptadas por instituciones del Estado chileno.

Es así como en la actualidad, las organizaciones de mujeres mapuche se encuentran en un proceso de fortalecimiento organizacional. Es aquí donde emerge una nueva generación de mujeres jóvenes que asumen roles de liderazgo en organizaciones funcionales como en las organización tradicional, asumiendo por ejemplo el rol de Lonko, cargo históricamente ocupado por hombres.

El surgimiento de estas nuevas lideres, sin una trayectoria apegada a partidos políticos, ha provocado ciertas desconfianzas y descalificaciones de parte de algunas mujeres lideres mapuche, que en tiempos de la dictadura militar tuvieron un rol protagónico y que en la actualidad se encuentran asumiendo responsabilidades en instituciones de Estado.

A lo anterior se suman opiniones prejuiciadas de algunos dirigentes hombres: "Ustedes como organización de mujeres sólo están dividiendo más al movimiento mapuche".(J.P.)
La aparición en los últimos años de organizaciones femeninas propiamente mapuche responden primero a una falta de espacios al interior de organizaciones mixtas, donde son los hombres dirigentes que tienen la voz en la toma de decisiones. Por otro lado, surgen ante la necesidad de abordar temas específicos como la discriminación y situaciones de maltrato que sufren las mujeres al interior de las propias comunidades y las situaciones de violencia que ocurren en los allanamientos a comunidades que se encuentran en conflicto con las empresas forestales.

Consideramos que es a partir de la participación en este tipo de organizaciones donde las mujeres pueden desarrollar habilidades como líder social, fortaleciendo la identidad étnica y los derechos de las mujeres mapuche y de esta manera realizar un aporte a la construcción de una idea como nación mapuche. En la medida que las mujeres mapuche tengamos mayor participación en la vida social y política de nuestros pueblos, podremos hacer valer nuestros derechos como mujeres y podremos realizar un ejercicio democrático como pueblo mapuche.

Comentarios Finales

El Estado a través de sus leyes de participación ha facilitado la aparición de organizaciones funcionales. En el caso de las organizaciones propiamente de mujeres estas han logrado poner en la discusión problemáticas particulares como es la violencia intrafamiliar, embarazo adolescente, entre otros temas que no habían sido abordadas por la organización tradicional.

Esto, sin embargo, ha generado cierta resistencias de parte de los hombres dirigentes que han intentado disminuir el impacto de estas organizaciones. Consideramos que aun quedan importantes desafíos que justifican el accionar de las organizaciones de mujeres. La mirada de las mujeres va hacia fuera, a los mundos que la habitan y hacia la propia sociedad mapuche. Las mujeres mapuche son grandes defensoras de la cultura, pero no ignoran la necesidad de mejorar su posición en ella combatiendo la discriminación y la violencia al interior de su propia sociedad

Azkintuwe
www.mapuche-nation.org