miércoles, abril 30, 2008

La Casa del Terror de las mujeres
















Marcela Vera O.

abril 2008. Profunda conmoción ha causado el caso de Elizabeth Fritzl, la mujer austriaca que vivió 24 años de su vida encerrada en un sótano, raptada por su padre, quien la violó sistemáticamente desde los 11 años. Es el mismo caso de una francesa que estuvo encerrada más o menos la misma cantidad de tiempo por su padre, el mismo caso de la compatriota de Fritzl, quien estuvo encerrada 8 años, el mismo caso de una niña de Japón, y de una niña brasileña, quien también era abusada por su padre. Luego de estos casos, una se pregunta cuántas mujeres más habrá en la misma situación, y nadie se entera. En Austria, como en muchos países, cada año desaparecen miles de personas, y muchas de ellas nunca son encontradas. Tal vez algunas se encuentren en algún sótano…

El padre de Elizabeth Fritzl, la mujer que durante su encierro tuvo siete hijos de él, la encerró un mes después de que cumpliera la mayoría de edad, es decir, cuando ya no estaba atádo a él legalmente, y él ya no podría tener el control sobre ella. Además, ella había intentado dos veces irse de su casa. El secuestrador de Natascha Kampusch, la otra jóven austriaca, se suicidó luego de que ella lograra escapar. Sin duda, tener el control absoluto sobre otra persona, le daba sentido a su vida; sin ella, no era nadie.

Muchos se preguntan cómo pueden suceder este tipo de cosas. Pero la verdad es que a las mujeres siempre se las ha encerrado. A lo largo de la historia, las mujeres han estado confinadas al hogar y obligadas a cumplir con los caprichos de sus padres, y los caprichos sexuales de sus maridos (para no decir sus violaciones). Hasta principios del siglo pasado en occidente, una mujer estaba destinada solamente a procrear y a servir. La que no estuviera en su casa y se le ocurriera salir a la calle sola, era considerada una “mujer pública”, lo que tenía el significado de prostituta (con todo lo que aquello conlleva). Las mujeres de la realeza europea por ejemplo, tal vez no eran encerradas en un sótano, pero encerradas estaban al fin y al cabo (de nada sirven los palacios si no puedes salir de allí). Un buen ejemplo es el de “Juana la loca”, a quien su padre mantuvo encerrada durante 46 años, para apoderarse del trono que le correspondía a ella.

Últimamente en Europa del norte, ha habido varios casos de mujeres jóvenes cuyos padres o parientes masculinos no han sido tan premeditadores y ”simplemente” les han pegado un tiro de arma de fuego, por atreverse a no seguir las tradiciones y las exigencias de los hombres de su familia.

En el mismo lugar, las ligas del comercio sexual se han dedicado a engañar a niñas y mujeres de los países del Este y de países subdesarrollados, prometiéndoles las “maravillas” del occidente desarrollado, para ser encerradas en sótanos y departamentos clandestinos y ser violadas por dinero que se llevan estos hombres. Así mismo en países del Medio Oriente, Asia, Africa y Europa, niñas de 12 años son obligadas a convivir con hombres viejos para ser violadas y usadas como sirvientas, procrear, y vivir encerradas en su casa.

Pero estas actividades no son exclusivas de esos lugares. Algunas tribus de los pueblos originarios de América, ráptan a mujeres de otras tribus para ser violadas por todos los hombres de la comunidad, y luego ser transformadas en sirvientas, sin poder volver nunca más a sus pueblos de origen. Sin ir más lejos, durante la guerra en contra de la colonia, los hombres mapuche raptában européas con un fin similar, aunque no fueran españolas. Y es que desde tiempos remotos, en todas las culturas los hombres las han usado con este fin, ya sea como trofeos de guerra, o “simplemente” intercambiandolas como ganado.

En nuestro país, mueren alrededor de 80 mujeres al año asesinadas por sus parejas, generalmente cuando éstas tienen el deseo de escaparse del abuso y la violencia que durante largo tiempo las ha mantenido esclavizadas. Algo así como ocurrió con Fritzl, el padre de Elizabeth, la mujer austriaca encerrada y violada durante 24 años. Según las leyes, a los 18 años, cualquiera es libre de hacer con su vida lo que quiera. Cosa que éste hombre no imaginó poder soportar. La diferencia está en que él la fue matando de a poco, lentamente…

En resumen, el caso de Elizabeth en la llamada “Casa del terror” con su padre, concentra todo el abuso contra las mujeres que se ha venido manteniendo durante siglos. Viene siendo como la “metáfora” de toda la crueldad impuesta sobre ellas.

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