lunes, febrero 26, 2007

El género, las condiciones sociales y culturales

Mirar el mundo como si no fuera relevante que quienes vivimos en él somos mujeres u hombres, o como si las problemáticas sociales, culturales o políticas no tuvieran que ver con la organización social genérica, significa empobrecerse ante el desarrollo actual del conocimiento y convertirse en analfabetas de género o rechazar la posibilidad de alfabetizarse desde esta perspectiva













por Celia Amorós,
Universidad Complutense de Madrid


La Teoría de Género es la teoría de las construcciones históricas en torno al sexo y a las atribuciones simbólicas de las cosas, los espacios, los territorios, etcétera. Es también la teoría de la organización social y de las concepciones de la realidad construidas con esas bases; y también lo es de las características de cualquier conformación de poder social como parte del orden de géneros, lo que incluye los mecanismos estatales de la reproducción de ese orden.

Pero las mujeres y los hombres no están en el mundo definidos sólo por su género, y la organización genérica no es la única que ordena sus vidas. Mujeres y hombres son siempre, al mismo tiempo, partícipes de otros órdenes sociales y asumen cualidades asignadas por otras condiciones sociales. Por eso el análisis de género requiere la articulación de la Teoría de Género con las teorías que explican, nombran e interpretan otras condiciones sociales y otros órdenes que componen a la sociedad en superposición articulada, en una verdadera conjugación sólo reductible con propósitos de investigación.(.........................)

La organización social del mundo es múltiple y está conformada por el conjunto entrelazado de organizaciones sociales de cada círculo particular. Cada una de éstas puede conceptualizarse como un mundo en sí mismo, pues conforma la unidad dialéctica entre los modos de vida que delinea y la cultura que les corresponde. La cultura particular está constituida por concepciones del mundo, desde las cosmogonías, las mitologías y las filosofías, hasta las ideologías, los conocimientos, los lenguajes y, por supuesto, las mentalidades.

Cada círculo particular, cada mundo circunscrito, desarrolla sus propias mentalidades, el sentido común, las creencias, el imaginario, las fantasías y las expectativas que corresponden con su núcleo definitorio. Y cada círculo cultural contiene sus rituales de reproducción simbólica y material de ese orden. Cada formación social o cada mundo está compuesto por las organizaciones sociales producto de su propia historia.


Así, cada sociedad puede estar conformada por:

* Una organización u orden social genérico (sujetos, relaciones, instituciones).
* Una organización social etaria (por grupos de edad).
* Una organización social de clase y las culturas y subculturas de clase correspondientes
* Una organización social étnica y las culturas de los pueblos que coexisten en la sociedad.
* Una organización social racial y sus construcciones culturales
* Una organización social de casta y sus correspondientes culturas, así como las subculturas de cada casta.
* Una organización social de las personas enfermas y discapacitadas.
* Una organización social estética y sus configuraciones culturales correspondientes a los ámbitos artísticos específicos.
* Una organización social deportiva y su cultura compuesta además por las subculturas de cada deporte.
* Otras organizaciones sociales y sus culturas y subculturas.

Las condiciones étnica, de clase y de casta, así como otras condiciones, modifican al género y a la inversa. La pertenencia a una clase o a cualquier otra categoría social es diferente si se es hombre o si es mujer, y es diferente ser mujer o ser hombre en cada clase, casta o etnia. (.................)

Los sujetos, sus identidades y sus formas de vida: personas y grupos particulares

Tanto el género como las otras condiciones sociales estructuran modos de vida particulares y desarrollan sus propias conformaciones culturales. Por eso se requiere comprender la manera en que se empalman o conjugan dialécticamente unas condiciones con otras para dar lugar a modos de vida y maneras de ser que resultan de conjuntos de determinaciones y no sólo de una.

Las categorías enumeradas no son estáticas. Están en perpetuo movimiento. Como son parte de órdenes sociales en los que coexisten varias relacionadas entre sí, es necesario ubicarse en una perspectiva teórica adecuada para comprender las relaciones entre las clases sociales, las castas, los estamentos, sus múltiples interconexiones y su impacto en el Estado, y para entender, sobre todo, la articulación de los procesos de género en la reproducción de los demás órdenes.

Desde luego, todos los sujetos sociales desarrollan identidades relativas a sus condiciones sociales y culturales. Para conocerlas es preciso analizar el sentido del yo de cada sujeto, su adscripción a categorías sociales, su identificación con ellas, su distancia de otras, así como sus logros, problemáticas y conflictos de vida. El campo teórico de las identidades y de las subjetividades proporciona metodologías para el análisis complejo de esas dimensiones del sujeto y de su relación con el orden social y con la cultura.

Cada mujer y cada hombre tienen asignada una identidad nacional y son definidas y definidos por ella, que a lo largo de su vida han procesado. Como además cada mujer y cada hombre viven desde sus condiciones de clase, étnicas, religiosas y otras en conjugación específica, cada mujer y cada hombre son una mujer y un hombre particulares. Las particularidades y las tradiciones, las costumbres y los modos de vida compartidos por grupos de mujeres y hombres, conforman grupos sociales particulares.


La condición nacional

Por su condición nacional, las mujeres y los hombres pueden ser connacionales cuando se identifican por compartir las posibilidades y las restricciones sociales que la nación representa para sus semejantes y porque han sido enseñados a integrar a su identidad la identidad personal nacional. Pero como el género modifica los potenciales nacionales de cada quien, y cada nación tiene un perfil propio por el tipo y la calidad de las condiciones de género y de las relaciones genéricas que alberga, la pertenencia la condición nacional adquiere significados específicos para las mujeres y para los hombres.

Desde la perspectiva nacional, las personas pueden ser también coterráneas por compartir pertenencia, vínculos y arraigo con la tierra en que han nacido, en la que viven o en la que yacen sus muertos y tal vez yacerán ellas mismas. La identificación positiva por etnocentrismo está orientada hacia las personas semejantes y la negativa hacia las personas que no son conterráneas. Otras categorías derivadas de la condición nacional pueden agrupar a las personas que son también migrantes, extranjeras, transterradas, exiliadas, asiladas, refugiadas, trasladadas, reubicadas, retornadas, desterradas. Esto se debe a las peculiares relaciones políticas de los sujetos y de los grupos con la sociedad y el Estado de origen y con los de arribo, con la tierra propia y la adoptada.

Los Informes sobre Desarrollo Humano de la ONU, permiten confirmar que cada nación da un tratamiento diferenciado a mujeres y hombres, lo que expresa de manera concreta e indudable el orden social de géneros que la constituye. Las evidencias hacen posible encontrar las maneras compartidas y distintas en que hombres y mujeres de las mismas categorías nacionales, ideológicas, religiosas, políticas, laborales y aún familiares, viven diferenciadamente la migración, el exilio, el asilo, el refugio. Las diferencias genéricas intervienen también en la configuración de la vulnerabilidad y las oportunidades de sobrevivencia, adaptación y desarrollo de hombres y mujeres.

De la misma forma, cada nación y cada etnia estructuran su organización social y su cultura genéricas con sus propias peculiaridades identitarias, sus normas, deberes y prohibiciones para las mujeres y los hombres. Y, desde, luego con un orden de poderes de género y con las concepciones que articulan ese mundo y crean en él los consensos. (............)

Los procesos culturales

La Teoría de Género requiere una teorización de la cultura para hacer posible el análisis de la condición cultural de los sujetos de género correlativa a su pertenencia a todas las categorías anteriores y a su género. Todos los procesos de vida son procesos culturales y todas las personas son seres de cultura, aprenden cultura, generan cultura, viven a través de su cultura. Por eso es imprescindible analizar las concepciones del mundo filosóficas, ideológicas, religiosas, científicas y éticas en la sociedad en que se ubican los sujetos, y la forma en que asumen su cultura; es decir, la concreción de las concepciones del mundo en los sujetos, su identificación con su mundo o su extrañamiento frente a él.

La cultura es la materia que conforma a cada sujeto personal y colectivo; cada cual, a su vez, desarrolla su experiencia y ejerce su creatividad sobre la cultura. Para captar los procesos interactivos entre los sujetos sociales y la cultura, es precisa una teoría de la subjetividad, de su constitución y de la dialéctica entre el mundo psíquico y el externo. La teoría de la cultura permite comprender que la subjetividad no es universal, sino también una construcción interactiva e intersubjetiva entre cada sujeto y los otros, entre el sujeto y el mundo.

Lo anterior significa que aunque mujeres y hombres comparten dimensiones culturales, lo hacen desde su subcultura genérica; por ende la percepción del mundo y las experiencias vitales tienen una particular significación de género
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La Perspectiva de Género requiere de una metodología analítica que conjuga teorías y crea una aproximación teórica en síntesis de diversas disciplinas científicas: la historia, la antropología, la semiótica, la psicología, la sociología, la economía, la ciencia política, la estética y la filosofía.
Sólo así es posible construir el análisis histórico crítico de los sujetos y de las formaciones sociales.

Es obvio que no puede invisibilizarse ninguna configuración del mundo, la sociedad, los sujetos o la cultura. Por el contrario, lo único posible es observar esas complejidades desde el género, integrando en el proceso analítico las formas en que se articula el conjunto de condiciones y circunstancias. Por ello, la posibilidad teórica de elegir entre el enfoque de género o el de clase, o el étnico, no constituye una verdadera alternativa: sería una propuesta ideológica y política basada en concepciones monotemáticas, frente a una concepción integradora, histórica y holística.

La supuesta alternativa es también axiológica: se considera que la problemática o la determinación de clase de los sujetos y de las sociedades son prioritarias ante las de género
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Mirar el mundo como si no fuera relevante que quienes vivimos en él somos mujeres u hombres, o como si las problemáticas sociales, culturales o políticas no tuvieran que ver con la organización social genérica, significa empobrecerse ante el desarrollo actual del conocimiento y convertirse en analfabetas de género o rechazar la posibilidad de alfabetizarse desde esta perspectiva.

La propuesta epistemológica que alienta esta perspectiva es construir en todos los casos enfoques integradores y multidisciplinarios. No sólo para los estudios de género, sino para los análisis de clase, étnicos, históricos, económicos, psicológicos, etcétera.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Preocuparse sólo de la condición de género y dejar fuera todas las demás es persistir en reforzar los roles sexuales y enmarcarlos para siempre, en el caso de la mujer, en un rol pasivo, irracional, y "natural"...

Desgraciadamente muchas feministas no entienden (o no quieren entender) que como mujeres no somos un grupo homogeneo si no al contrario...Y así como queremos que nos respeten como seres humanos imersos en un rol de mujer (o de homosexal por ejemplo), así mismo debemos respetar a otras personas, u otras mujeres, imersas en una realidad étnica, racial y social. Bueno, todas estamos imersas en esas realidades, nadie se escapa a ello, pero algunas hacen como si no. Todo para sumergirse en una homogeneidad artificial...Todo para no darse el trabajo de aceptar al Otro...

5:56 p. m.  

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