domingo, junio 10, 2007

Movimientos de hombres

Movimientos de hombres - los varones frente al cambio de las mujeres


por Luis Bonino Mendez,

psicoterapeuta especializado en problemáticas masculinas. Director del Centro de Estudios de la Condición Masculina, de Madrid.


No es la primera vez en la historia que frente al cambio de las mujeres, los varones se han visto afectados, pero nunca hasta hoy lo han sido de un modo tan general. Este cambio está generando modificaciones tan globales en las relaciones que ningun varón puede permanecer neutral, ya que al modificarse tan radicalmente el lugar asignado a la mujer en la cultura, esto no puede sino provocar complementariamente un cuestionamiento del propio lugar del varón en el mundo, ante las mujeres, ante los otros varones y ante sí mismo.

Los varones frente a los cambios femeninos

En el mundo latino y anglosajón existen pocos estudios que investiguen específicamente el impacto que tienen los cambios de las mujeres en el comportamiento masculino. En España se han realizado en los últimos diez años sólo tres investigaciones que nos muestran diferentes tipos de respuestas masculinas al cambio femenino y también al feminismo, que son producidas por tres categorías de varones:

Los contrarios a los cambios de las mujeres, los favorables a los cambios de las mujeres, y los ambivalentes frente al cambio de las mujeres.

Los movimientos de varones


En los últimos 20 años se están impulsando, por parte de los varones de varios paises occidentales desarrollados (especialmente los escandinavos, EEUU, UK, Australia y Canadá), una serie de actividades organizadas, luchas y reinvindicaciones que tienen a la masculinidad como tema principal,y a las que se ha dado en llamar "movimientos". Ninguno de ellos considera a la masculinidad como algo garantizado y natural, sino algo a transformar o conservar, algo que hay que defender o por lo que hay que luchar. Todos intentan dar respuesta a la pregunta ¿qué es ser un hombre hoy?. Y todos también, directa o indirectamente, intentan ser una respuesta- grupal en este caso- al desafío que suponen los avances y cambios de las mujeres y el feminismo.
Dichas prácticas sociales se están desarrollando en el terreno sociopolítico, asociacionista, académico, asistencial y educativo , y se divulgan con fuerza a través de los medios de comunicación y publicaciones en algunos países, utilizando especialmente Internet como modo global de difusión. De acuerdo a sus diversas concepciones y abordajes respecto a la masculinidad,se pueden diferenciar actualmente cinco movimientos de varones:

El movimiento profeminista, o antisexista:

Surgió en los paises anglosajones y escandinavos a principios de los 70, asociado a los movimientos por los derechos civiles. Constituido por varones generalmente de sectores medios, afines a las ciencias sociales y educativas, favorables a los cambios de las mujeres y que se nutren de las ideas del feminismo de la igualdad. Reconocen la responsabilidad masculina en el mantenimiento de la subordinación social de las mujeres y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del poder. Rechazan el modelo masculino dominante, el sometimiento acrítico al corporativismo viril y la homofobia, y proponen el activismo social, la investigación académica y la formación de grupos de reflexión de varones para desconstruir el ideal de masculinidad tradicional, romper la complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad con las mujeres.

En el ámbito académico , este movimiento tiene su inserción a través de los Estudios críticos sobre los varones y las masculinidades -los men´s studies-, que incorporan la categoría de género en su marco referencial. Nutren dichos estudios numerosas investigaciones sobre la historia, las diferencias culturales y los cambios sociales de las masculinidades, así como sobre las temáticas del poder, la sexualidad, las nuevas paternidades, la construcción de la subjetividad, la violencia, la salud, y las políticas de cambio para los varones. (Hearns,1989; Kimmel,1992; Kaufman, 1992; Seidler,1992; Connell, 1995; Bourdieu,1998).

En el ámbito educativo, quienes participan del movimiento se han dedicado sobre todo al desarrollo de programas de educación para transformar los estereotipos masculinos (Salisbury,Jackson,1996).

El movimiento mitopoético:

Surge en EEUU a finales de los años 80 asociado a la etapa conservadora de Reagan, y a la aparición en la sociedad anglosajona de reacciones de rechazo al avance de los 70 en las luchas de las mujeres por la igualdad. Liderado por el poeta Robert Bly (Bly,1990), este movimiento está formado principalmente por varones blancos heterosexuales, de clase media , frustrados por la falta de éxito laboral para el que estaban socializados. Algunos de ellos están abiertos al ecologismo y a las ideas de la New Age. En este movimiento, el estudio de los mitos, los ritos de iniciación masculina y la figura del mentor adquieren un gran relieve. Gran parte de sus actividades derivan de propiciar un trabajo introspectivo para reencontrar, según sus postulados, "la energía masculina " en estos tiempos de "ausencia del padre", "poderío de la madre" y "feminización de los varones".

Quienes pertenecen al movimiento no se oponen a los cambios de las mujeres, pero tampoco los aplauden, recelando frecuentemente de ellas , a quienes se ve como "poderosas" y peligrosas. Cercanos en sus ideas a las perspectivas feministas de la diferencia, no se ocupan de los problemas de la desigualdades, avalan muchos aspectos de los roles tradicionales y están en general , alejados de los ambientes académicos.

El movimiento de las terapias de la masculinidad:


Desarrollado a partir de los años 80 por varones preocupados por la "crisis" de la masculinidad se fue estructurando alrededor de multitud de teorías y prácticas psicológicas utilizadas para apoyar a los integrantes del colectivo masculino en la "reconstrucción" o "redefinición" de su identidad "dañada" por los cambios sociales y femeninos. Expresa en la vertiente psicoterapéutica a los dos movimientos anteriores, y por ello en él hay dos corrientes que trabajan ambas sobre el aislamiento y el encierro emocional de los varones, aunque de modo muy diferenciado.

La primera corriente, la más conocida y con mayores seguidores está especialmente influenciada por las ideas de Bly, Jung y Perls sobre los arquetipos, el psiquismo masculino, las razones de su sufrimiento y los caminos del cambio. Su trabajo se centra en abordar y disminuir los "perjuicios" del rol masculino, "cicatrizar las heridas de la masculinidad" y reasegurar la alicaida autoestima masculina. No tiene demasiado en cuenta a las mujeres (excepto como Diosa o Madre), pero valora lo "femenino", aspecto que los varones deberían incorporar para ser más plenos.

El movimiento por los derechos de los hombres o "men´s rights":


Se entremezclan aquí varones defensores de derechos patriarcales con varones defensores de derechos igualitarios, que comenzaron a agruparse a partir de fines de los años 80, alertados por lo que consideraban el aumento de situaciones sociales favorables a las mujeres y adversas hacia ellos. Algunos grupos que conforman este movimiento están integrados por quienes dicen que "las mujeres han ido demasiado lejos" discriminádolos en sus avances, y que las leyes actuales generan situaciones que los desfavorecen.

Otros grupos de este movimiento están formados por varones que se centran en llamar la atención sobre sus derechos descuidados por las leyes, sin confrontar con el colectivo femenino (por ejemplo, luchando por el estudio de las enfermedades masculinas , contra la circuncisión, o por la insumisión al servicio militar). Estos grupos pueden estar a favor de las luchas y avances de las mujeres.

Finalmente, dentro del movimiento tienen gran importancia los grupos por los derechos de los padres, (father´s rights). Están constituidos por varones padres divorciados o separados de parejas de hecho, que reclaman contra los obstáculos legales que limitan el ejercicio de su paternidad, especialmente contra la mayor consideración de las leyes de familia para con la madre y el balance a favor de ellas en las leyes de custodia. En estos grupos hay tanto varones antifeministas como profeministas.

Fundamentalismo masculino:

Formado por varones tradicionalistas, principalmente casados, que defienden los lugares del varón como padre-autoridad y proveedor y el de la mujer como madre/ama de casa, así como los valores masculinos dominantes. Participan de las ideas de la derecha radical norteamericana y europea y se oponen a los cambios de las mujeres que pongan en peligro la distribución tradicional del poder entre mujeres y varones y los roles tradicionales. Aunque no se autoproclaman como fundamentalistas, esa es la ideología que agrupa a los integrantes el movimiento.

La igualdad


La igualdad real con las mujeres en todos los ámbitos es un nuevo ideal que aún no tiene demasiado espacio entre los componentes que dan forma a la masculinidad, por lo que los varones tienden a sentir que con ellas hay solo dos lugares: dominante o subordinado: por eso ellos tienden a vivir cualquier avance de la mujer como intento de dominación femenina (Benjamin,1996; Bonino, 1998).

Por todo esto, aceptar a la mujer como igual no es tarea facil para los varones. Cambiar hacia la igualdad supone un tremendo esfuerzo: no sólo renunciar a derechos adquiridos, sino poner en cuestión sus propios hábitos, su propia identidad, su imagen de la mujer y la base de su sentido de autoestima. Significa modificar comportamientos, pero también la propia mente para aceptar la igualdad con la mujer y no verla solo como amenazante o subordinada . Cambiar es transformar dentro de sí y en lo social, los mitos masculinos patriarcales que actúan como poderosas resistencias al cambio e incorporar nuevos ideales. Tarea difícil, pero que desde una ética de género, es el único modo de innovar y no quedar atrapado entre el mortífero inmovilismo, la nostalgia del machismo perdido o el victimismo del varón domado.

Otros factores se agregan para hacer difícil el movimiento de cambio innovador de los varones: la falta de modelos de masculinidad no tradicional,el aislamiento de los varones aliados a las mujeres, la censura al transgresor del modelo tradicional. Por ello no sorprende que el movimiento de cambio no sea mayoritario, ni promovido desde ellos, sino en general "forzado" desde el exterior .



Publicado en Profem (Hombres pro-feministas), y en la revista Lectora. Dones e intertextualitat.

Etiquetas: , , ,