jueves, marzo 01, 2007

Memorias del desarraigo

Un muro invisible sigue separando a “los del interior” con quienes salieron, eufemismo que sortea nominar el drama, y en el que subyace el miedo y desconocimiento de los unos sobre los otros.

- El olvido es un pecado - dice el obispo luterano Helmut Frenz, personaje ineludible en la historia de Chile de las últimas tres décadas y una suerte de autoridad moral , junto al Obispo Fernando Ariztía , a Jorge Houston y al Cardenal Raúl Silva Henríquez, quienes formaron en octubre de 1973 el Comité Pro Paz.

Faride Zerán, sobre el libro de Loreto Rebolledo


“El exilio es la grieta insalvable producida por la fuerza de un ser humano y su lugar de nacimiento,
entre el yo y su verdadero hogar”, nos dice Edward Said en su ensayo “Recuerdos del Invierno”.


- La desdicha esencial de esta ruptura no puede superarse, - agrega el intelectual palestino y remata señalando que “ciertamente existen historias que presentan al exilio como una condición que abre la vida a episodios heroicos, románticos, gloriosos y hasta triunfales. Pero son sólo historias, esfuerzos para vencer la inválida desdicha del extrañamiento.” Los logros de cualquier exiliado, acota el autor de “Orientalismo”, están permanentemente carcomidos por su sentido de pérdida. Esa desdicha esencial ha marcado la historia de la humanidad.
La diáspora, el éxodo, los trasplantados, desterrados, exiliados, configuran el trágico corolario de todas y cada una de las grandes crisis sociales y políticas que han sacudido hasta los más recónditos confines del mundo. Y Chile no ha sido una excepción.

- El exilio no tiene fecha ni lugar para recordarlo, nos dice Loreto Rebolledo en el inicio de su texto. No hay memoriales, placas, museos ni otros aspectos materiales…, prosigue. Sin embargo, agrega, en cada exiliado perviven los recuerdos a partir de los cuales es posible reconstruir una memoria social sobre el exilio y el retorno….

“Memorias del Desarraigo”, es un extenso y documentado trabajo en torno a la experiencia de vida de más de cuarenta hombres y mujeres chilenos de diferentes generaciones que son parte de la diáspora. Pero a la vez es un ejercicio de escritura que dota de palabras y sentimientos al silencio. Un silencio público que aún no se pone de acuerdo en las cifras, algunas de las cuales nos hablan de cerca de un millón de chilenos y chilenas expulsados de su país a distintos lugares de la tierra. Silencio que elude, luego de 33 años, las secuelas de la diáspora en las nuevas generaciones. Que esconde las nostalgias de aquellos que catapultaron sus sueños entre la cordillera y el mar.














De los que bajo 40 grados de calor tropical eran capaces de tomar mate en torno a un brasero contando las noches para poder regresar. De quienes volvieron, pero Chile era otro y entonces fueron condenados al exilio y al desarraigo en su propio país. De los que murieron soñando con volver, de sus descendientes que hablando otros idiomas resguardan sus señas de identidad como un preciado tesoro. El exilio es un tema de memoria. De una memoria castigada con la indiferencia y maltratada en los avatares de nuestra transición. De allí la importancia de este libro que esquivando las estrategias del olvido se sitúa como una de las investigaciones más serias y completas sobre la materia.

En este ensayo, que inaugura el 2005 el Premio Escrituras de la Memoria al ser distinguido por el Consejo del Libro y la Lectura como la mejor obra inédita, su autora, la antropóloga, periodista, doctorada en historia y académica de la Universidad de Chile Loreto Rebolledo, estructura un contundente relato capaz de interlocutar con el periodismo, la historia y la indagación antropológica. Sus fuentes son profusas. Los testimonios de vida, las confesiones del alma, más los datos duros de organismos, instituciones y otras fuentes oficiales van hilvanando un texto que en medio de la polifonía de voces en primera persona se entrelaza con múltiples referencias que redimensionan y recontextualizan esa desdicha esencial que en Chile aún hoy forma parte de la estrategia del silencio.

“En mi ventana de aquí y en mi ventana de allá
Cuánta malquerencia, cuánta disputa de paisajes...
Aquí y allá , qué vaivén de borracho por las calles,
qué molestia de comer sólo con las muelas de un lado
y mirar a las personas como si fueran recuerdos
qué compás para una guitarra sin ganas
tirando a invierno, allá tirando a verano
y con la luz aquí prendida desde las cuatro de la tarde..”

Son versos del gran poeta Efraín Barquero citados por la autora en este libro que recoge el quehacer en la literatura, el cine, los medios de comunicación, la política, la vida cotidianas, y otras manifestaciones en las que se confronta el desarraigo producido en Chile luego del 11 de septiembre de 1973.



Así, Loreto Rebolledo resitúa el drama histórico entregándole vida, espacio, tiempo, y, por sobre todo, legitimidad a una memoria de la derrota cuyos dolores y fracturas no han logrado circular con propiedad en el espacio público nacional. Tanto así, que en el plano cultural aún hoy persiste un abismo entre los se quedaron y quienes salieron del país. Y no se trata sólo de desconocimiento mutuo de las obras, o de rupturas generacionales, o de ausencias de referentes. Un muro invisible sigue separando a “los del interior” con quienes salieron, eufemismo que sortea nominar el drama, y en el que subyace el miedo y desconocimiento de los unos sobre los otros.

- El olvido es un pecado - dice el obispo luterano Helmut Frenz, personaje ineludible en la historia de Chile de las últimas tres décadas y una suerte de autoridad moral , junto al Obispo Fernando Arztía , a Jorge Houston y al Cardenal Raúl Silva Henríquez, quienes formaron en octubre de 1973 el Comité Pro Paz. Gracias a esa labor humanitaria – oficial y clandestina - desde el comienzo de la catástrofe se pudo salvar vidas, denunciar los atropellos a los derechos humanos y esconder y asilar a los perseguidos.

El trabajo de estos y otros héroes anónimos está consignado en estas páginas que contienen los capítulos más tenebrosos y a la vez heroicos del drama de nuestro país. Con “Memorias del Desarraigo”, Loreto Rebolledo contribuye a exorcizar sus propias vivencias como joven exiliada entregando a las nuevas generaciones un material valioso y de gran rigor investigativo sobre esa desdicha esencial de una ruptura que, como sentencia Edward Said, nunca logra superarse.

11.9.2006

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